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LA NAVIDAD QUE … ¿BIEN O EN FAMILIA?

La verdad es que como chiste, bueno, pues hace gracia. Pero no creo que sea esa la realidad, especialmente para los que ya tenemos unos añitos a cuestas, y nos damos cuenta de que en realidad, si hay algo bueno en la vida, es la familia.


LA NAVIDAD QUE … ¿BIEN O EN FAMILIA?
Foto pixabay

Todos, creo, hemos tenido buenas amistades, incluso algún amigo al que nos hemos sentido más unido. Y es que no es lo mismo amistad que amigos, estos últimos seguramente los podrás contar con una mano, y posiblemente te sobren dedos.

Las amistades te juzgan, te clasifican y hablan a tus espaldas, pero cuando los tienes delante parecen los mayores “colegas de la vida”, y cuando los necesitas de verdad, lo más probable es que tengan ocupaciones que les impida acudir a ti.

Los amigos, por el contrario, siempre están ahí, a las buenas y a las malas, ríen y lloran contigo. Se alegran de tus éxitos, comparten las dificultades ofreciéndote su hombro para llorar y te dan ese necesario abrazo. Pero como todo en la vida, las circunstancias pueden hacer que esa persona especial en algún momento la pifie, y es aquí cuando el refrán “haz cien, falla en una y no habrás hecho ninguna”, cobra sentido y se te queda cara de tonto y posiblemente una decepción que es difícil olvidar. Aunque siempre existe el AMIGO, a diferencia del amigo, este si escuchará y tratará de corregir las diferencias, hablará y por alta que sea la barrera intentará romperla, estos si son difíciles de encontrar. ¿Tienes algún AMIGO?

A partir de aquí es cuando la familia alcanza un sentido especial en tu vida, es cuando te das cuenta de que ellos siempre están ahí, que te ayudarán en las malas, y celebrarán las buenas. Sí, es cierto, la familia también te puede fallar en un momento determinado, pero la sangre tira, ¡y mucho!, llegado este desagradable momento, lo más frecuente es hablar, escuchar, comprender, y casi con toda seguridad, perdonar. Todo tiene un sentido que no se entiende sin una conversación y poniéndose en la piel del otro. Aquí es donde la diferencia del amigo y de la familia encuentra la mayor diferencia.

Por ello para mí la Nochebuena fue genial. Y es que por primera vez en muchos, muchos años, nos reuníamos los tres hermanos en la misma mesa, ¡y menuda mesa! Hablamos, reímos, recordamos, como hacía mucho que no hacíamos. Como seguramente fue habitual en muchas mesas, los más recordados fueron los que, por desgracia, desde el cielo nos contemplan. Comentamos aquellas cenas con nuestros padres, y de cómo mi padre hacía lo imposible por vender alguna que otra foto, y así poder disfrutar en la cena de Navidad de algún capricho, y que al final conseguía. También salió en la conversación aquellos programas de televisión, en blanco y negro, y de cómo no había discusiones a la hora de elegir canal ya que había poco donde elegir.

El día de Navidad tampoco se quedó atrás, y reunidas tres generaciones en torno a una mesa genial organizada por mis cuñados, no faltaron las anécdotas, los brindis y los recuerdos, incluyendo la estupenda noticia de una boda próxima. Para esta ocasión la familia reunida fue la de mi mujer, una familia excepcional, en la que como ya he comentado, a pesar de que en alguna ocasión hay diferencias, como en todas, estas se olvidan cuando nos reunimos y las discrepancias, de haberlas, pasan a un segundo plano olvidándolas de inmediato, fundiéndonos en abrazos y besos. Además, esta sirvió también de despedida de la sobrina que se nos marcha a Boston, donde estoy convencido que logrará sus objetivos, pero ello no impedirá que la echemos de menos.

Estas son las cosas importantes que me llenan y hacen feliz en estas fechas, por ello cuando me preguntan; la navidad que, ¿bien o en familia? mi repuesta es fácil, mi Navidad bien, ¡Y EN FAMILIA! ¿Y la tuya?

José Mª Mondéjar.

1 comentario:

  1. Cuanta razón!
    Para mi la mejor navidad siempre es en familia, nunca fallan.
    Facilidades.

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