Sebastián Moreno recuerda las impresiones de Azorín, en su recorrido por España
“Sí, son de veras guapas, frescas y arrogantes las hembras de Hellín. Altas, esbeltas, elegantes, con ojos muy grandes y muy negros, el color cetrino, la nariz aguileña, los cabellos abundantes y aterciopelados, majestuosas en la marcha, incitantes en la mirada, provocadoras en la sonrisa…”
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Foto: http://www.masquealba.com |
En la joya literaria azoriniana “Albacete, siempre”, que me dedicó su amigo recopilador, el escritor y abogado albacetense José S. Serna, se recogen apreciaciones muy interesantes de Azorín –que se pateó España, en su libro “Los pueblos”- sobre Hellín y sus mujeres.

La fina prosa azoriniana evoca a otros hellineros ilustres y sus vicisitudes, como Carlos María Perier, hasta entrar de lleno en algo más mundano:
“Un elemento nuevo viene a matizar, en Hellín, el conflicto humano: la belleza femenina. Nuestro espíritu descansa en su contemplación. En 1897, Silesio Delgado y Ramón Cilla –del “Madrid Cómico”— comienzan a recorrer España, con fines informativos. Llegan a la provincia de Albacete, después de haber estado, por orden alfabético, en Álava, y visitan, entre otros pueblos, a Hellín. Aluden a la fama que gozan de bellas las hellinenses. “Y sí son de veras guapas, frescas y arrogantes las hembras de Hellín –dicen-. Altas, esbeltas, elegantes, con ojos muy grandes y muy negros, el color cetrino, la nariz aguileña, los cabellos abundantes y aterciopelados, majestuosas en la marcha, incitantes en la mirada, provocadoras en la sonrisa, todas parecen cortadas por el mismo patrón, por el patrón que usa Dios para sus criaturas predilectas”
¡Mujeres de España!
Quien lo probó, lo sabe, que dijo el poeta. No es por fardar, pero mi primera novia era hellinera, de Isso. Nada que objetar a la descripción que recoge Azorín.
Por Sebastián Moreno 

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