MARIANO DE LA VIÑA, SABIDURÍA TAURINA

Hoy he encontrado un carrete que por un motivo u otro, me hace especial ilusión publicar. En principio, al ver lo que ponía el papelillo que envolvía el carrete, me he emocionado, puesto que se trata de una gran persona tristemente fallecida durante el presente año. Después he recordado que mi amigo José Vicente, había escrito en la revista EL ALBERO de este año un artículo sobre este tema. Sin pensármelo dos veces, lo he llamado para confirmar los datos y pedirle permiso para publicar su artículo, hecho todo, me he puesto manos a la obra, y lo que a continuación os muestro, es el resultado de esta tarde de trabajo, la cual dedico con todo el respeto del mundo, al protagonista de hoy. Espero os guste.

A LA MEMORIA DE MARIANO DE LA VIÑA

Mariano de Mingo Molina, nace en Albacete el 31 de diciembre de 1936. Hijo del que fuera novillero, banderillero, ganadero y empresario Valeriano de la Viña. Como es natural, crece rodeado de capotes muletas y espadas, por lo que tuvo un buen aprendizaje, además poseía una especial inteligencia para el tema taurino.

Su primer traje de luces, se lo puso en Jaén, pero es la Plaza de Toros de Albacete, su Plaza, donde debuta con picadores un 29 de junio de 1958, junto con Emilio Redondo y Pepe Osuna, lidiando reses de Ignacio Sánchez. Precisamente de esta corrida de la que acabo de hablar es de la que hoy os muestro imágenes.

Se presenta en la Real Maestranza de Sevilla el 2 de julio de 1961, con novillos de María Pallarés, y junto a él actúan Turco Varón y Curro Prieto. Fue una novillada de gran dureza, aún así agradó a la afición sevillana, repitiendo el día 9 de septiembre junto a Antonio Escobar y José Corona.

Debutó en Las Ventas un 11 de agosto de 1963 alternando con la rejoneadora Amelia Gabor y los diestros Luis Alviz y Juan Calleja. Pese a sus innatas cualidades, ser torero es lo más difícil del mundo, el mismo decía ‘Si al coche le falta motor es difícil que ande’ por lo que acabaría cambiando el traje de oro por el de plata, consagrándose como un extraordinario subalterno. 

Recorrió las Plazas más importantes de España con todas las figuras del toreo. Al no ser fijo, el tiempo del que disponía, lo dedicaba a la faceta de veedor y colaborador de numerosos empresarios. Estos lo llamaban solicitándole corridas o novilladas, y Mariano consultaba su pequeña libreta, en poco tiempo, el empresario ya tenía la relación de las reses solicitadas.

Veía los toros como nadie, dice José Vicente, y sus conocimientos le hacían ser, también, un gran ‘formador’ de nuevos toreros, actuando durante algún tiempo en la Escuela Taurina de Albacete, -seguro que sus alumnos aún lo recuerdan- Casi todos los toreros surgidos en Albacete en los últimos treinta años han pasado por la ‘huerta’ de Mariano para solicitar sus consejos y enseñanzas.

Este año, en la Feria, cada vez que ha saltado un Toro al ruedo albaceteño, los aficionados de las filas bajas, lo hemos echado de menos, no hemos podido escuchar sus comentarios siempre oportunos, sus opiniones acertadas y no hemos podido aprender de él cada tarde. Para muchos, las corridas ya no han sido igual.

Comenta José Vicente, que ya no le va a poder recordar aquella vez en la que un presidente muy enfadado los echó a los dos de la Plaza de Las Ventas, la única vez que les había ocurrido ¡Cuánto nos hemos reído cada vez que lo recordábamos! 

por José Vicente Temes

LAS FOTOGRAFÍAS

Como apreciareis las fotografías van marcadas por mi padre, se podían haber disimulado un poco para que no fueran tan evidentes, pero he pensado que les quitaba la gracia. 

PLAZA DE TOROS DE ALBACETE

29 DE JUNIO DE 1958

6 NOVILLOS DE IGNACIO SANCHEZ

para

MARIANO DE LA VIÑA

EMILIO REDONDO

y

PEPE OSUNA

 MARIANO DE LA VIÑA

EMILIO REDONDO

PEPE OSUNA

MARIANO DE LA VIÑA